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Siglo XVIII. Magníficamente repujado y cincelado con temas del más pro rococó. En el pie y en cuatro tondos enmarcados con ces y rocallas, tiene motivos relacionados con la pasión: los clavos, el martillo, la escalera y la jarra. El cuerpo ostenta dos cartelas rodeadas de una vigorosa decoración rococó, casi podríamos decir lujuriante. En una de las cartelas se presenta el Buen Pastor en actitud de caminar. En la otra, el clásico Pelícano Eucarístico. Las cadenas parten en los laterales de dos angelitos alados, cincelados en altorrelieve, y deliciosos en ejecución. La tapa se ornamenta con la misma decoración. Culmina dicha tapa una cruz de brazos ambulantes, rematado con una pequeña cruz. Esta pieza extraordinaria es de la escuela cordobesa, original del gran maestro Damián de Castro y está fechada en 1770.
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