La figura de San Jerónimo, Padre de la iglesia y Doctor de la misma , es muy frecuente en el siglo XVI a través de su penitencia. El santo se golpea el pecho desnudo con una piedra. La cueva donde hace penitencia se ilumina por la boca al exterior y, sobre todo, por el Cristo que inunda de luz a San Jerónimo. Esta representación del santo penitente es una de las más afortunadas de santos aislados de Morales, dice Pérez Sánchez.

Los cuatro cuadros de la predela constituyen como una síntesis teológica de la Redención de Jesucristo que es al tema central del Retablo.

Viene a decir que la salvación se obra en la humanidad por dos causas: Por la muerte del Hijo de Dios que se hace hombre y por la penitencia que hace el pecador.

Así los dos motivos centrales son de la Pasión de Cristo y los laterales del Bautista y San Jerónimo, predicador y practicante de la penitencia respectivamente.