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Virgen de la Luz
   La Virgen de la Luz
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      La Santísima Virgen de la Luz es la Patrona de la Arroyo de la Luz, (Cáceres). Cuanto más se estudia la historia de Arroyo en los siglos pasados más se aprecia la simbiosis de una Virgen y un pueblo. La Luz y Arroyo de la Luz siempre unidos.
      La riqueza documental de nuestros Archivos Municipal y Parroquial se inicia con referencias a la Virgen de la Luz. El tema más tratado en el Ayuntamiento por Corregidores, Alcaldes, Ediles, Regidores y Concejales es el de la Virgen de la Luz. El Parroquial se empieza con la visita que hace el Obispo de Coria a la Ermita de la Virgen, siendo Mayordomo Pero Sánchez Polo el año 1480.

Virgen de la Luz
Virgen de la Luz

      Estudios arqueológicos recientes nos demuestran o indican la existencia de una Ermita de la Señora, Madre de Jesús, donde rezaban en los primeros siglos del cristianismo los habitantes de un pueblo situado junto a un arroyo. Arroyanos de los siglos tardo romanos y visigodos que trabajaban junto a la Ermita en la que rezaban a la Señora. La historia la van haciendo los hombres y mujeres de Arroyo que han tenido particular relevancia. Y se han distinguido también por su amor y veneración a la Virgen de la Luz. El cúmulo inmenso de arroyanos que pasaron por la vida sin dejar grandes recuerdos, vivieron todos queriendo, rezando y venerando a su Madre Bendita. Dada esta simbiosis que hemos indicado, considero un acierto el cambiar el apellido de Arroyo y ponerle el de su Virgen de la Luz. Ni puercos ni fresnos cuadraban bien al Arroyo. Sólo le iba bien llamarse Arroyo de la Luz. Lo que ha hecho Arroyo a lo largo de los siglos ha sido mirar a la Luz, rezarle a la Luz, vivir queriendo a la Luz. Lo mismo Arroyo que su Virgen se llaman ya de la Luz.
      Todos los nombres de la Virgen tienen hondas resonancias y bellos significados. Pero, decirle de la Luz es la cima de lo bello y la grandeza.
      Los arroyanos, a lo largo de los tiempos, ante nombre tan hermoso y sugestivo, han hecho de su vida como un piropo largo, lleno de flores y alabanzas a María de la Luz. Su figura se prolonga en los tiempos y llega a los nuestros con la frescura y elegancia de su perpetua juventud. Los de Arroyo hacen cada año de la oración, una fiesta, o de la fiesta una oración. Y junto a la fiesta... la constante visita particular que, en el Santuario o en el pueblo cuando viene la Señora, es como un río que corre ante la Madre con la mirada en los ojos de la Virgen y en los labios una oración. ¡Arroyo y la Luz se funden en un mismo ser!

      Arroyo es un pueblo antiguo. Podemos decir que tiene más de 2.000 años de existencia. Avalan esta afirmación los restos arqueológicos hallados en sus inmediaciones. La dehesa de la Luz es un entero yacimiento: restos ibéricos, tégulas y aras sepulcrales romanas, monedas, prensas olearias, fíbulas visigodas, el Castro de Sansueña, el Castillo almohade, el pozo de las Matanzas, el Rollo de la Villa, son la mejor y más rotunda demostración de lo que venimos diciendo.

Necrópolis
Necrópolis

      Es antiguo Arroyo, pero es también antigua su Virgen de la Luz. Al lado de la leyendas, las tradiciones o las historias que hablan del inicio de esta devoción, hay una nueva teoría o explicación más científica del culto y veneración a la Virgen de la Luz. Es una deducción que hunde sus raíces en la historia y en la arqueología. Estudiando el marco geográfico donde se encuentra nuestra Ermita de la Luz, hallamos los restos indicados más arriba.
      Los romanos, expertos conocedores del cultivo más apropiado de aquel terreno, poblaron de vides, y olivos las tierras arenosas de los alrededores de Cáceres. Crecen ahora encinas donde vivían olivos y parras, pero permanecen los restos de lagares, lagaretas, contrapesos cilíndricos y prensadores de granito que nos hablan de industrias y trabajos desaparecidos, aunque bien documentados. En estas explotaciones, junto a la residencia del propietario, se levantaban las viviendas de los obreros, las termas, los almacenes, las almazaras. Cerca también, las necrópolis con sepulcros antropomorfos tallados en las rocas graníticas. Y, normalmente, junto a estos restos se encuentran iglesias o ermitas con vida en la actualidad. Es una constante histórica y unas coordenadas que se repiten siempre. Estamos ante una villa romana o una población visigoda. Es lo que sucede en nuestra ermita rodeada de todos los elementos descritos. Nos dicen claramente que la Ermita fue el lugar sagrado donde se daba culto a la Señora Santa María. Desde los primeros días del cristianismo podemos decir que hay una comunidad, una Ermita y una Virgen, ¿Por qué no podemos pensar que el pueblo era Arroyo y la Virgen de la pequeña Ermita era la de la Luz?

      En la dehesa están las tumbas de piedra, los lagares de aceite y unos olivos junto a la Ermita, quizás milenarios, que parecen montar guardia junto a la Señora de siempre, nuestra Virgen de la Luz.

Prensa Olearia
Prensa Olearia


Así podemos pensar en una ermita pequeña, situada en el centro de grandes viñedos y olivares donde iban a trabajar y a rezar a la Virgen los primeros cristianos del Arroyo.
      Es pues antiguo Arroyo y es antigua la Virgen de la Luz. La Patrona de Arroyo, para tener más analogía y parecido con su pueblo, también cambió de nombre a lo largo de la historia. No se llamó siempre de la Luz. Se llamó primero de La Luzena. Me sorprendió sobremanera encontrar esta realidad en el documento más antiguo del Archivo Parroquial. Es el año 1480 cuando el Obispo de Coria, en su Visita Pastoral acude a la Ermita de la Patrona a inspeccionar La hermita de Sancta Maria de la Luzena. Por dos veces, y claramente se llama a la Virgen de la Luzena. La romanización de la Lusitania dice el Catedrático Sánchez Salor dejó abundantes huellas en el campo de la toponimia extremeña. Dice el citado erudito:

Aparte de los nombres de los pueblos y ciudades que remontan a la época romana, hay multitud de despoblados y lugares que sin duda estarían habitados en época romana, o en los que al menos habría algún tipo de explotación -villas romanas agrícolas fundamentalmente-. que todavía conservan un nombre relacionado con el dueño de la explotación. El nombre de la Villa recibía el de su dueño convertido en adjetivo (Sánchez Salor Aguas Vivas H.7- 5- 79).


      Deducimos que si el nombre del dueño se denominaba Lucio, muy corriente en Roma, la finca o Villa romana de explotación agrícola se llamaba Luzena por el nombre de su dueño. Así sería normal que la iglesia o ermita donde se veneraba la Virgen se denominara Santa María de la Luzena. Este fue el nombre de nuestra patrona hasta el año 1500. En esta fecha los arroyanos tuvieron el feliz acuerdo de contraer el nombre reduciéndolo a LA LUZ de tan bella resonancia y significación. Nuestro gran pensador y filósofo Pedro Caba hace un hermoso canto a la Luz, la Luz de su pueblo Arroyo, la Luz de su Virgen, la Luz de la vida y el ser. Dice nuestro Caba:

"Arroyo con sus campos tensos tendidos en voluptuosidad, sus encinares ebrios de sol como un pueblo ganado por el amor a la luz. Su mejor encinar se llama de la Luz y la mejor tradición del pueblo brotó bajo el Patronazgo de la Virgen de la Luz en una ermita luminosa, blanca, estremecida de arrullos como nido de tórtolas.