Guardando simetría con el retablo descrito de Animas, pero situado enfrente, al lado del Evangelio está el Retablo de San Pedro Apóstol, también barroco, con exuberancia de adornos vegetales. Es obra del escultor ya mencionado Don Antonio de la Puente y Calva que, en el año 1732 cobra 1120 reales por la obra. Preside el retablo una hermosísima imagen de San Pedro Apóstol con extraordinaria policromía que mide 0´96 x 0´50. En la Visita Pastoral del año 1758 se especifica este mandamiento:
"Otrosí manda Su Ilma. Que luego que se haga la colocación del Señor San Pedro Apóstol en el altar que está dispuesto en esta iglesia parroquial, se sustituya el Niño Jesús que se halla en él a su lugar en el de Ntra. Sra, del Rosario. Y si para los gastos de colocación y hechura de la efigie del Sr. San Pedro fuera necesario suplir algún caudal de esta Congregación dará quenta a Su Ilma. el Cura Rector."
La Santa Congregación era una asociación o cofradía, con fin esencialmente espiritual y penitencial, formada exclusivamente por hombres, eclesiásticos y seglares. Todos los viernes del año, a la hora del Ave María, se reunían en la iglesia para hacer oración y disciplinarse durante una hora. El disciplinarse consistía en azotarse con cordeles o flagelos en recuerdo de lo que sufrió Jesús en la pasión. En Cuaresma este ejercicio penitencial se hacía los lunes, miércoles y viernes. Había creyentes en aquella época de una entrega a Dios que asusta.
En el año 1758 se coloca la imagen de San Pedro en su sitio, según ordenaba el Obispo.